Mientras leo un breve artículo sobre Deep Learning, la tecnología que está detrás del reconocimiento de imágenes, me pregunto si ya están desarrollando un asistente virtual (con Deep Learning o con la tecnología que corresponda), que conozca a su usuario y pueda responder a la pregunta: “Alexa, Cortana, ¿cómo soy?”.
A las personas nos gusta encontrar fórmulas rápidas para temas importantes y complejos. Y conocernos a nosotros mismos lo es.
Hace unos años, una encuesta entre 75 miembros del Business Advisory Council de Stanford puntuó self awareness (autoconocimiento y autoconsciencia) como la capacidad más importante para el desarrollo de los líderes. Y sucesivos estudios posteriores de distintas escuelas de negocios siguen confirmando este dato.
¿Por qué nos cuesta tanto conocernos?
Desde mi punto de vista, porque requiere paciencia, autorreflexión y feedback continuo de personas de nuestro entorno en las que confiemos. Es decir, necesita “entrenamiento constante”, lo mismo que sucede con las “neuronas” de Deep Learning.
La tarea no es sencilla, pues nos encontramos además ante un “target móvil”: las personas no somos estáticas, sino que vamos cambiando a medida que pasan los años y vivimos distintas experiencias, aunque algunos rasgos permanezcan constantes. Es por ello que ya los griegos nos alertaron sobre la importancia de prestar atención al autonocimiento, con la frase de “Conócete a ti mismo” en el Oráculo de Delfos.
¿Qué puedes hacer para incrementar tu autoconocimiento?
1. Adquiere los conceptos básicos necesarios: sobre características de la personalidad (extroversión, intuición, dominio, estabilidad …), sobre competencias que se usan en el entorno laboral -ya sean de pensamiento (capacidad analítica, innovación…), de relación (liderazgo de equipos, colaboración…) o de acción (orientación a resultados…)- y sobre el lenguaje de las emociones (qué hay detrás de la ira, qué indica el miedo, para qué sirve la alegría…). De estar forma ampliarás tu campo de entendimiento y actuación.
2. Obsérvate: ahora que ya tienes los conceptos básicos, identifícalos en ti mismo. ¿Qué actividades se te dan mejor y te gustan? ¿Cuáles son tus valores? ¿Qué comentarios te hacen “saltar”? ¿Qué personas afloran lo mejor de ti? Tu voz interior ¿es positiva o negativa? ¿Qué conclusiones extraes? Si practicas mindfulness/meditación, incluso mejor. Dedica un tiempo de calidad a mirar hacia adentro, no solo hacia afuera.
3. Pregunta a tu entorno- obtén feedback. ¿Qué valoran más de ti? ¿En qué momentos resultas inspirador/a? ¿Cuándo te perciben como agresivo? Se trata de conseguir un espejo que te dé información sobre ti de la que no dispones. Casi todos los líderes senior han tenido uno o varios jefes y también compañeros que les han ayudado a conocerse mejor (yo también!).
4. Despierta tu curiosidad sobre ti, tu aprendizaje y evolución. Qué mejor emoción para acompañarte en este viaje que dura toda la vida (life long learning)!
¿Y cuál es la recompensa?
El autoconocimiento es la base para mejorar, para gestionarnos con más eficacia y por lo tanto para tener más éxito (en la definición que cada uno le dé a la palabra) y para ser más felices.
Ahora que lo pienso de nuevo, aunque Alexa o Cortana puedan responder en el futuro a la pregunta ¿cómo soy? difícilmente podrá responder a la de ¿cómo quiero ser?. Tú, sí.
